La aparición de hemorroides en nuestros compañeros es poco probable, aunque en algunos casos los perros pueden padecer de estas. Lo que sucede es que, otras enfermedades pueden confundirse con las llamadas almorranas y, por ello, hoy te explicaremos cuáles problemas suelen parecerse a estas. ¡Vamos a ello!
- ¿Qué son las hemorroides en perros?
- Problemas que suelen confundirse con las hemorroides en perros
¿Qué son las hemorroides en perros?
Lo primero que debemos saber es que las hemorroides son venas inflamadas en la zona del ano. Aparecen cuando se realiza gran esfuerzo para defecar, a causa del estreñimiento, cuando durante el embarazo se presenta presión elevada y, también, por motivos desconocidos.
Sin embargo, estas no suelen generarse en los perros, ya que, al ser cuadrúpedos y mantenerse en posición horizontal, hace que no aparezcan. Esto a diferencia de los humanos que, al ser bípedos, mantienen una postura vertical que favorece las hemorroides.
De forma general, no aparecen hemorroides en los perros y, en los casos donde podrían aparecer, entonces habría que fijarse en ciertas masas tumorales que se originan en la zona rectal y anal. Dichas masas consiguen aumentar la presión, además de inflamar y prolapsar toda el área ano-rectal, lo que cambiaría su conformación.
Problemas que suelen confundirse con las hemorroides en perros
Como ya has leído, existen algunas enfermedades o problemas, e incluso síntomas, que pueden confundirse con hemorroides en los perros. Algunas de estas, son las siguientes:
Inflamación del ano
Cuando un perro tiene el ano inflamado, las razones más frecuentes son el prolapso rectal y la obstrucción de las glándulas renales, y no por almorranas. Veremos ambos causantes, a continuación.
Obstrucción de las glándulas renales
Dichas glándulas están ubicadas a ambos lados del ano y cumplen funciones relacionadas con la identificación individual, impregnando las heces de un olor particular y lubricándolas. Son sacos llenos de líquido que, en ocasiones, puede ser demasiado denso o no comprimirse adecuadamente en el momento de la defecación. En consecuencia, el perro sufre una obstrucción de las glándulas anales, generando otros inconvenientes como:
- Impactación: Es decir, cuando las glándulas están llenas. Ante esto, es necesario vaciar los sacos manualmente, una ve el veterinario lo haga, el perro se sentirá bien nuevamente.
- Saculitis o infección: Si el líquido pasa tiempo acumulado puede provocar una infección, mostrándose como falsas hemorroides en los perro que se inflaman, infectan y generan dolor.
- Abscesos: La coloración del área cambia a un tono rojizo púrpura y es una afección más complicada al combinar fiebre e infección. En estos, el pus se acumula y presiona para salir al exterior, creando fístulas anales.
Prolapso rectal
Aunque no tiene nada que ver con las hemorroides en los perros, el prolapso rectal puede confundirse con las mismas. Puedes verlos como una masa enrojecida que sale por el ano de tu mascota y, de hecho, es una fracción del ano que emerge desde el interior. Se produce por estreñimiento grave, sobreesfuerzo al defecar, así como por diarrea, el parte u obstrucciones en la zona. El mayor peligro del prolapso rectal es que se produzca necrosis, es decir, que la parte expuesta muera. Por ello, siempre debe considerarse una urgencia veterinaria.
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