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Esta es otra de las dudas que surgen al tener un felino en casa. Lo cierto es que estos animales son bastante enigmáticos y, aunque su forma de actuar responde a costumbres, deseos y maneras de comunicarse, no siempre entendemos el significado de algunas acciones. Por ello, en otras ocasiones hemos hablado sobre los motivos de que tu mascota maúlle tanto o te siga hasta el baño. Y en el día de hoy, nos vamos a centrar en darle respuesta a ¿Por qué mi gato me muerde las manos cuando lo acaricio?
- ¿Por qué mi gato me muerde las manos cuando lo acaricio?
¿Por qué mi gato me muerde las manos cuando lo acaricio?
Las razones por las que un gato muerde son variadas y van desde un llamado de atención, hasta hacerte saber que está aburrido. Sin embargo, en esta ocasión hablaremos de una situación en particular: mi gato me muerde cuando lo acaricio. En este sentido, podemos encontrar 3 principales motivos:
1. No desea que lo acaricies
Los gatos, como siempre recalcamos, son animales mucho más independientes y, por lo general, distantes. Esto no quiere decir que no les gustes ser acariciados, sino que tienen sus propias preferencias (como todos) y sus tiempos. Es por eso que, si tu mascota deja que lo mimes pero algunas veces reacciona mordiéndote la mano, retirándose u otro signo similar, puede ser que no le interese o no desee ser acariciado en ese momento. También dependerá de la zona que has tocado y la confianza de tu mascota en ti. Por ejemplo, algunos gatos reaccionan de este modo al ser acariciados en la barriga. Tu mascota puede advertirte con su lenguaje corporal cuando está incómodo con el toque. Mover su cola rápidamente de un lado a otro, bufar, gruñir, dilatar sus pupilas, quedarse en tensión o agachar sus orejas hacia atrás son algunas muestras.
2. Está demostrando cariño
Parece contradictorio, pero también podrías encontrar la respuesta a por qué mi gato me muerde las manos cuando lo acaricio en una muestra de cariño. En este caso, reflexionarás “mi gato me muerde suave cuando lo acaricio”. Acción que puede estar acompañada por una lamida o ese cerrar de ojos tan característico de esta especie. No tratará de escapar y hasta podrá ronronear, por lo que no te costará diferenciar entre una mordida por amor y otra de rechazo.
3. Fue un malentendido
Si te acercas a mimar a tu mascota cuando él o ella está en búsqueda de juego, el resultado no podría ser otro. Su respuesta será la de “jugar” a cazar lo que se mueve cerca de él: tu mano. Dicho malentendido se aclara fácilmente retirando tu mano y, si quieres, ofrécele un juguete que sí pueda cazar. También debes saber que esta actitud es más común en gatos que no llegan al año, ya que están desarrollando su instinto.
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