Los bultos de grasa en perros tienden a ser una señal alarmante para los tutores. Que aparezca una pequeña protuberancia en la piel de estos amigos peludos puede llegar a encender las alarmas de su cuidador que, inevitablemente, se cuestionará sobre su salud. Si estás interesado en aprender más sobre los lipomas, aquí descubrirás todo lo que necesitas saber sobre ellos.


  1. ¿Qué son los lipomas o bultos de grasa en perros?
  2. ¿Qué causa la formación de un lipoma en un perro?
  3. Síntomas de los bultos de grasa en perros
  4. Tratamiento, ¿Se puede curar?

¿Qué son los lipomas o bultos de grasa en perros?

También conocidos como lipomas o neoplasias. Son tumores benignos de tipo mesenquimal que son una acumulación de adipocitos (células grasas). Se refiere a un tumor con consistencia firme, blanda o esponjosa, que puede aparecer de forma solitaria o replicarse en varios nódulos tumorales.

Estos bultos de grasa en perros desarrollan un tejido subcutáneo, sobre todo, cuando se forman en las extremidades del animal, o en su cavidad torácica y abdominal. En ocasiones, estos pueden incluir capas más profundas, aunque esto no es algo muy recurrente.

¿Qué causa la formación de un lipoma en un perro?

Las formaciones de lipomas en el cuerpo del perro se deben a un carácter genético. Esto es originado, principalmente, por una predisposición de ciertas razas, es decir, perros que son propensos a sufrir de bultos de grasa. Entre ellos, se incluyen los siguientes:

  • Dóberman.
  • Pinscher.
  • Pastor alemán.
  • Labrador retriever.
  • Cocker.

Dichos tumores suelen aparecer con mayor frecuencia en perros de edad avanzada, siendo las hembras las más susceptibles a este padecimiento. No obstante, esto no significa que otras razas estén exentas de sufrir de bultos de grasa en perros, solo que es menos probable.

Asimismo, un lipoma puede aparecer en un animal indiferentemente de su edad o sexo. Lo que nos lleva a mencionar que existen otras causas además de la genética, y que también influyen en la aparición de estas neoplasias.

Por ejemplo, si un perro sufre de obesidad, la probabilidad de que salga un bulto de grasa es mayor, lo que puede deberse a un bajo metabolismo que no logra quemar todos los adipocitos.

De igual manera, si un perro padece una alternación hepática, intestinal o renal y no es capaz de desintoxicar su cuerpo, también muy posible que llegue a sufrir de lipomas.


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Síntomas de los bultos de grasa en perros

Los bultos de grasa en los perros presentan un tamaño que oscila entre uno y varios centímetros. Si son demasiado grandes, estos pueden causar molestia en el animal y limitar sus capacidades en el día a día.

Además, como ya se mencionaba antes, un lipoma puede ser solitario o aparecer en múltiples nódulos, que presentarán las siguientes características:

  • Son firmes, pero al mismo tiempo suaves y blandos.
  • Tienen forma encapsulada.
  • Están circunscritos.
  • Tienen bordes bien delimitados.

Es usual que estos aparezcan o se detecten en las zonas de las extremidades, el cuello, el tórax o el abdomen. Al no unirse a tejidos profundos, suelen tener una gran movilidad, y por ello es que son considerados benignos.

Sin embargo, sí existe una variante maligna de los bultos de grasa en perros, conocidos como liposarcomas, que pueden producir metástasis en otras zonas del cuerpo. Por ejemplo, en los pulmones, los huesos y otros órganos.

Tratamiento, ¿Se puede curar?

La única forma de curar un lipoma es por medio de extirpación quirúrgica. Aunque, lo normal es dejarlo en el perro y evaluar su evolución. Si este continúa creciendo hasta tener un tamaño considerable, el veterinario podría sugerir que se extirpe.

Se debe recordar que los bultos de grasa no son peligrosos para los perros, ya que estos no hacen metástasis ni pondrán la vida de tu mascota en peligro.

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