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¿Has notado los callos en perros? Estos pueden verse en diferentes zonas del cuerpo de los peludos, siendo frecuentes en codos y corvejones, y resultando estéticamente llamativos. Pero, además del impacto visual que generan, si se descuidan, pueden surgir complicaciones.
Por suerte, al seguir algunas pautas sencillas se puede, tanto prevenir su aparición, como evitar dificultades cuando el perro ya tiene callos. Sigue leyendo para conocer más al respecto.
- ¿Qué son los callos en perros?
- Callos en perros: ¿por qué aparecen?
- Tratamiento y prevención de callos en los perros
¿Qué son los callos en perros?
Un callo es una reacción de tipo cutánea hiperplásica localizada que se genera por fricción o presión. Como consecuencia, los perros presentan zonas donde la piel se engrosa, tomando un aspecto seco y rugoso, libre de pelo.
Los callos en perros pueden ser grises, marrón oscuro y negros, dependiendo del tiempo del mismo y la piel del peludo. Sumado a ello, la reacción suele aparecer en la piel que cubre los relieves óseos, debido a que es en estas áreas que recae la presión cuando la mascota se tumba.
En este sentido, el codo es de los sitios más frecuentes donde aparecen los callos, así como en los corvejones y, si el perro es de pecho profundo, también en el esternón.
¿Hay razas propensas a formar callos?
Sí, este problema puede observarse en razas gigantes, como el San Bernardo, Mastín o Gran Danés, siendo más probable que aparezcan en los codos o corvejones. En el caso de razas más pequeñas, como el Bulldog, Pinscher o Bóxer, suelen formarse en el esternón.
Callos en perros: ¿por qué aparecen?
Como ya has leído, los callos se producen por la fricción o presión repetida que recibe una zona específica de la piel. Por ejemplo, un perro que se deja caer en una superficie dura causa un trauma continuo sobre los codos, lo que propicia que la piel se vuelva más gruesa con el fin de proteger el hueso. Otras posibles causas son:
- Delgadez extrema o sobrepeso.
- Descansar en superficies duras, sobre todo si duerme en el exterior y sobre el suelo.
- Hipotiroidismo.
- Camas demasiado blandas en las que las articulaciones quedan en contacto con el suelo al no amortiguar.
- Dolor articular y otras situaciones que aumenten el tiempo que el perro pasa tumbado.
Tratamiento y prevención de callos en los perros
Si notas que tu compañero tiene callos, es importante vigilar periódicamente el área para comprobar que no presente cambios indicativos de infección o heridas. De hecho, los callos simples no suelen ser motivo de consulta veterinaria, ya que son consecuencia del trauma repetido.
Por otra parte, si aparecen cambios en la piel afectada, zonas ulceradas o alguna clase de sangrado o exudado, es momento de acudir con el profesional. El tratamiento consiste en hidratar la zona con productos recetados para evitar agrietamientos, mantener una buena higiene y ofrecer un área de descanso adecuada.
Hay casos en los que el profesional considerará la posibilidad de colocar vendajes protectores en el área afectada. Además, en perros con patologías asociadas, delgadez extrema u obesidad, que puedan favorecer la formación de callos, debe tratarse la causa subyacente.
Con respecto a la prevención de los callos en perros, y ya que se suelen generar por fricción o presión repetida, consiste en evitar que el peludo descanse en superficies duras. Puedes ofrecer una buena cama, garantizar una rutina de actividad diaria y mantener un peso saludable, para disminuir las probabilidades de desarrollo de callos.
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